domingo, 23 de septiembre de 2007

Rayoswki y la confianza soviética.

Un día soñé esta frase, así tal cual:
Tarde en el Museo Rayoswki: La tortura es un arte y la cultura es longitudinal.

Dos años más tarde:
He soñado que el gobierno se lo ponía muy difícil a los músicos y artistas, y que había uno que hacía una representación en la playa para denunciar eso.
Era un tipo corpulento tirando a gordo, con bigote y pajarita, vestido de frac. La gente le miraba y escuchaba desde la arena, el mar estaba algo movido y él caminaba en el agua, que le llegaba hasta las rodillas o la cintura según el oleaje. Iba hablando mientras se acababa de comer un bocadillo enrollado en el folio de papel que era el guión de su representación, y se comía incluso el papel. En un momento dado se paraba ante la gente y decía algo así como que, con una confianza soviética en Santa Teresa de Jesús, se despedía de todos. Entonces se iba adentrando en el mar, que tenía olas un poco altas, lo suficiente como para que a veces se le viera y a veces no, y la gente realmente sufría por si aquello, más que una representación era un suicidio en toda regla. Y ésa era su manera de llamar la atención sobre el problema que denunciaba, y algunos incluso pensaban en lanzarse al agua a buscarlo, pero nadie lo hacía. Al cabo de un buen rato, una vez ya se le había visto desaparecer a lo lejos unos minutos y había una tensión considerable en el ambiente, se le veía volver. Llegaba a la arena de un golpe de ola, bastante hecho polvo y tras gatear para evitar que se lo llevara de nuevo la siguiente ola, no desfallecía, no se dejaba caer al suelo, sino que se quedaba unos momentos a cuatro patas, luego se ponía de pie, miraba hacia el público y saludaba. Algunos aplaudían. Con su alegoría de la situación de los artistas se había jugado la vida.
6.8.07

1 comentario:

Unknown dijo...

Me parece un cuento interesante, escribe más como este