viernes, 28 de septiembre de 2007

Carta de amor dubitativa del príncipe azul

Hola cielo,
ahí van un par de fotos mías para que me conozcas. La primera, muy de estar por casa; la segunda, vestido para salir. A ver si así te apetece más quedar conmigo, que ya no sé qué hacer para conocerte sin tener que perseguirte por internet.


No sé si lo que me toca es buscarme a una plebeya en el mercado para que me tenga la cena lista y luego montarla cada noche como a una yegua para que luego para como una coneja, velar las armas para disponerme a jugarme la vida y la dignidad contra el dragón que te tiene presa vaya usted a saber dónde (cuando menos se lo espera uno, se encuentra en calzoncillos envuelto en densa humareda dando palos de ciego con el mandoble contra la bestia parda y fogosa), o bien hacerme ermitaño coleccionista de mariposas o quizá redactor de boletines eclesiásticos en algún monasterio con goteras.

No hay comentarios: