Me hallaba yo recién despertado una mañana (y advierto que tardo bastante rato en volver a existir), cuando una amiga me habló de un plato portugués llamado arroz de pato. Le dije que ése sería un buen nombre para el libro sagrado de una nueva religión. Me ha hecho mucha ilusión encontrar este libro en internet, sin duda estará repleto de melodiosos salmos y de nuevos valores para el siglo que empieza.
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