viernes, 30 de noviembre de 2007

Por ejemplo

Conversación con una niñata:
Laureta -Apuesto a que tienes menos vida sexual que yo.
A -Yo no apostaría la mano, a lo mejor te quedas sin vida sexual.

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Quisiera mezclar el humor de Martes y Trece con el de Groucho y el de Woody Allen, pero no es fácil, por ahora lo estoy mezclando con el de un diplodocus. Ahí va un ejemplo:

Z -¿Recuerdas que hoy teníamos que ir a la exposición "Vida más allá del Mediterráneo?

A -Me suena haber olvidado algo sobre el asunto. En fin, lo siento, tengo una cita con mi sofá. Si vas y ves un pingüino saludando, es mi mamá.

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La vida es breve

Hoy he tenido que sacar 20 € del banco a crédito para comprarme un donut de chocolate.
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Paz y extraterrestres

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He encontrado en mi ordenador este recuerdo de uno de los sucesos más sorprendentes que han tenido lugar en mi ciudad. Una mañana apareció llena de círculos en multitud de cruces de calles, como protesta contra la guerra de Irak. Desde la terraza de casa de mis padres se veía uno de estos círculos y creo que lo fotografié, pero no tengo cómo escanear la foto. Éstas las saqué en su momento de internet. Parecía que hubiera dejado las marcas un grupo de invasores extraterrestres hippies y guasones con intenciones como mínimo inquietantes. Quisiera saber quién fue el estudiante de Bellas Artes que tuvo la idea.

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martes, 27 de noviembre de 2007

Tres poemas inmerecidos

Yo no sé si es la tristeza
lo que posas en tus labios,
no sé si la mano tiembla,
si las yemas de los dedos
guardan aún las caricias
que nunca me han regalado.

Pero sé que son hermosas,
las he visto entre la niebla
besando el aire, jugando.
Me hace falta tu sonrisa
para seguirte soñando,
seguir soñándote besos
que se escapen de mis manos,

¡Si me desvela la brisa
se me llevará el encanto!
Me quedaré tu tristeza
cuando me hayas olvidado,
para que tu no la sufras,
para que no te haga daño.
Nada sé de ti, nada sabré.
Me despertaré temblando.

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Déjame esta noche
darles a tus ojos
un paisaje limpio
donde descansar.

Yo deseo tan sólo
llenarlos de besos
para que me endulcen
las aguas de mar.

Qué pena tan grande
si no quieren verme,
qué pena tan grande
si me miran mal!

Hay entre estas letras
Mariposas blancas
que duermen tranquilas
y que no se inquietan
por lo que vendrá.

Sueñan con el néctar
de una flor rosada
con que las abejas
fabrican la miel
para tu mirar.

Qué pena tan grande
si no quieren verme,
qué pena tan grande
si me miran mal!

Foto: Zoe.

Tus ojos de niña y cielo
quisiera
enredar en mis ojos
de hiedra.
Pero no puedo.

Y en tu vientre de tierra y canela
quisiera
sentir el calor
de tus besos de fuego.
Y no puedo. No puedo.

Déjame cambiar livianamente
el ritmo de tus pasos
con mis manos de escultor
de tiempos.

Déjame soñar y regalarte
al menos la palabra,
el flujo que me calma,
la intención, el sueño,
mi canción, mi anhelo.
Déjame tocarte el corazón
y que te mueva el alma.

11.05
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La calma nada

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Dulce suave densa llama
densa dulce suave baila
suave densa dulce hada
dulce densa suave canta
densa suave dulce calma
suave dulce densa nada.

8.5.01
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Retroalimentación



La alegría se desliza hacia dentro
por una grieta oscura,
impregna la hendidura
a su paso hacia la podredumbre,
se pierde, se desgaja, no ve, tropieza, se engancha,
se la traga el lodo, pegajoso,
se contamina de tristeza reconcentrada, infectada
se torna risa ajada
se vuelve la risa siniestra risotada,
se eriza, se riza
se parte, se reparte, se desmembra,
se dispersa,
se ensucia de grasa.
Allí está, al fondo, la locura,
el dolor de ser,
el dolor de estar
al fondo, al fondo.
Apenas hay luz ya, se debilita.

Me prometí no volver a hacerlo,
no besar nunca más así el temblor
del miedo y de la angustia
(se me contrae el gesto).

Sí, hay que tapar esa grieta.
¡Cuidado! Ya está, ya tienes un pie dentro,
ya asoma el llanto
desconsolado,
ya se percibe la náusea,
el aire denso,
ahí abajo hay algo orgánico
que se está descomponiendo.
Aguanta, agárrate,
trepa, tensa los músculos,
grita, escapa.
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Ya pasó.
Sólo has perdido un poco de alegría.
Rápido, el parche.
Piensa en algo bello (Volarás, volarás,
volarás, volarás) Suena a nombre
de mago de cuento de hadas, ja, ja.
Así, la fuerza vital, corre,
tápala y aléjate. Respira hondo.
No vuelvas a hacerlo, es pecado,
mira por dónde vas,
con paso firme, aplasta. Eres fuerte.
Señor, aleja de mí los malos pensamientos.
Yo soy mi dios, y en mi religión
no hay premio ni castigo.
Simplemente miro alrededor y me trago
la vida, me alimento de alegría.

29.10.00

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domingo, 25 de noviembre de 2007

Una aceituna

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Sobre las almas confusas
un clamor
sordo
como la duna.
Sordo clamor
a la espera
de que caiga la aceituna.

Y si se esconde la luna
méceme la cuna,
madre,
para que vuelva la música
con la ternura.

Y un clamor, y un grito
aislado.
Contra la roca
la espuma, y en el suelo,
en el suelo una aceituna.

Granada, 15.4.2006
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Esencias

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A donde tú vas llegan los días de mayo.
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Nada podrá oxidar la maquinaria invisible de nuestro intercambio.
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Tu mano fría entre mis manos tenía algo de la caricia nocturna de la luna.
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Eres una lágrima que desciende el pómulo hasta la sonrisa.
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Tú eres rocío y existes porque te posas.
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Nuestro amor va todo el año vestido de largo.
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A veces no te das cuenta de que tu voz son pétalos cayendo despacio sobre mí.
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Devuélveme tus nacimientos de flor temprana.
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Tú me regalas mi tiempo.
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Cuando cierras los ojos mi corazón duerme.
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La nada es un todo vacío en el que ella se mueve con gracia.
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(Foto de Zoe)

Para una que, de tan fina, resultó cansina.

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prosaísmo.
1. m. Defecto de la obra en verso, o de cualquiera de sus partes, que consiste en la falta de armonía o entonación poéticas, o en la demasiada llaneza de la expresión, o en la insulsez y trivialidad del concepto.
2. m. Insulsez y trivialidad en el fondo de las obras en prosa.
3. m. Cualidad de prosaico, vulgar, trivial.

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ODA AL CIRIO
(En prosaica prosa)
Al hablar de las abejas y de la polinización para explicar de dónde vienen los niños, ¡ay!, jamás se cita la cera. Dicha sustancia, una vez endurecida convenientemente y habiéndosele dado la forma, el grosor y la longitud adecuada para su ancestral función, debe colocarse en posición vertical y proporcionársele intenso calor en la parte superior, de manera que ésta deslumbre por su generosa aportación a la vista y pueda disfrutarse del espectáculo de sus densos chorretones deslizándose por el grave tronco con sincera devoción.
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(En prosaico verso)
Una vez cumplida su función,
quédase en la mínima expresión.
Sólo así el anhelo de reproducción
escuchan los santos con suma atención.
Ah, si las abejas supieran a qué se destina
la cera que vuelo tras vuelo destilan!
Y qué otras funciones le damos
por no usar sólo las manos!
Hay incluso quien prefiere
un buen cirio, pues no hiere
ni se va con la vecina
ni la deja a una mohína.
Y hablando de Proserpina,
¡tú sí que eres fina!


(Foto de Zoe)

Chucho podrido

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Durante años en el colegio fuimos siguiendo la evolución de una rodaja de chorizo que habíamos tirado en la repisa de una ventana de una clase que pronto dejó de ser la nuestra, hasta que el embutido se descompuso y dejó sólo una mancha. Con el tiempo añadimos diversos objetos de variada índole, principalmente material escolar (un diccionario, un cartabón, y creo que había una maquineta). Al conjunto de objetos por cuyo deterioro mostrábamos tanto interés lo llamábamos "La colección". Una vez, en un momento de esplendor adolescente, lancé por la ventana la papelera de la clase para que formara parte de nuestro singular despropósito. La directora del colegio me vio y no me dijo nada, o yo creí que me vio y no me dijo nada. En todo caso aquel momento de confusión me hizo crecer un poco, creo que medio centímetro.

Esta canción la escribimos El Sobrino del Diablo y yo hace unos años a base de poner un verso cada uno. Nos referimos a la pasta y no a un perro. No he encontrado una foto de un chucho podrido pero si alguien me facilita una le quedaré agradecido. Pensar en esa imagen me recuerda aquellos tiempos confusos.

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CHUCHO PODRIDO
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Me has perseguido tanto por el pasillo de casa,
has sido mi juez, mi presidio, mi carcelero y mi jaula.
Eres una pesadilla, eres una pesada.
Has tenido mi cuerpo y, también, pretendías mi alma.
Y por tu culpa mi alma es ahora un chucho podrido,
un triste ladrido, un señor que se ha ido,
un incesante crujido que me taladra el oído,
un fregado, un barrido, un perrillo de las praderas malherido.
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Y yo soy tan promiscuo mi amor y tú me quieres sólo para ti,
y ante tal contradicción yo ya no puedo fingir.
Tengo el corazón muy grande, y en él hay un rinconcito para ti
siempre que no pretendas llenarlo y echar a las otras mil.
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Me has tratado muy mal, como si fuera un perro.
Te he besado los pies y estaban llenos de cemento.
He perdido el oremus, la dignidad y un llavero
que me compró mi padre en los bazares del puerto.
Y ahora mi alma es un chucho podrido,
un afónico aullido, un hámster adormecido,
un donut endurecido, un croissant enmohecido,
un jersey de entretiempo muy sufrido.
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Estribillo

Carteles modernos



Harper's Weekly, Bicycle Number, Maxfield Parrish
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Recientemente fui invitado por mi amiga R. a la exposición El cartell modern, en el MNAC, y disfrutamos de unos 600 carteles de principios del siglo pasado, el que nos vio nacer.

Uno me llamó especialmente la atención y, al llegar a casa, lo busqué y encontré en internet. Es el de la mujer en bicicleta: una época, un país, una estética, una actitud.

El del gato negro lo cuelgo aquí porque esos bigotes y esos ojos lo merecen, y me gustó encontrarme a mi querida May Belfort. Años y años tomando leche con nesquik en una taza blanca con la representación de esa imagen. Me gusta empezar el día con esa mezcla de colores rojo y verde sobre un fondo impreciso.
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Vida en la ciudad

Esto de que los móviles tengan cámara de fotos puede convertirlo a uno en un friki cuando menos se lo espere, puede sacar de uno actitudes inesperadas. En fin, que soy plenamente consciente de que más o menos la mitad de mis amigos y conocidos no se agacharía en plena calle Calabria a las 6 de la tarde para hacer una foto de una de las esquinas del hueco de un árbol. A ellos les comunico que, a menos de dos palmos de lo que fotografié, había los consabidos y habituales excrementos caninos más o menos resecos. Ah, y creo que me vio alguien, no quise mirar.
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En fin, sólo quería recordaros que hay vida en la ciudad.
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Días más tarde el otoño tuvo a bien regalarnos estas imágenes a la altura de París/Avenida Sarrià.

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sábado, 10 de noviembre de 2007

Viejos versos

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Hay en la noche
tres cosas lejanas.
Las estrellas y la luna
desde mi oscura ventana
en la densa noche negra
de mi oscuridad.

Hay en el aire
sensaciones vanas.
Un perfume y un recuerdo
que se perderán mañana
como se pierden las cosas
en la inmensidad.


12.91

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El pulso del mar

He observado cómo algunas veces
las olas acarician intensamente la arena
al pasar su lengua ardiente sobre ella.

He visto también que otras veces,
con la misma fuerza, rompen
contra las rocas con pasión y violencia
en estallidos blancos de piedra de sal.

Yo he sido arena en la noche sin viento
y dispersaba su brillo en cristales la luna
sobre mi cuerpo mojado, en silencio.

Y he sido roca, mortal, indefensa
ante el súbito latido del corazón del océano.

Ahora sé que las rocas se tornan arena
cuanto más poderoso es el pulso del mar.

24.4.92

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Tú sabes cómo se adormece el corazón
con una caricia
y cómo con una caricia sueña
y cómo se despierta el corazón dormido
o cómo, sin razón, se apaga,
y entonces,
entonces ya no respira.
Porque sí, porque ahora ya no somos
los mismos que entonces veíamos
aunque seamos los mismos
que entonces queríamos,
aunque nos queramos aún ahora.

Acaríciame otra vez, para que te vea
con aquellos, mis ojos de entonces.
Acaríciame otra vez con tu piel de la Luna
en otra noche clara.
Tócame o pégame, dentro del pecho.
Bésame con luz el corazón.

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10. 95

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Si cuando llegue mi hora
estoy satisfecho y dispuesto,
querría verte unos minutos,
cogerte de la mano y oír
de tus labios que has sido feliz.
Sin mí.


5.9.95

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Anoche te encontré en un sueño
y fuiste formidable gota caída en un desierto.
Inundaste interminables extensiones
de dunas hacia dentro, de las que brotó
la vida color verde fresco.

Anoche te hallé vagando
por los campos del silencio,
no se oyeron otras voces
que las que llevamos dentro.
Nos hicimos las preguntas
y respondimos sintiendo.
Respuestas de mar adentro,
las del sentimiento.

Anoche quise encontrarte
y te busqué en el espejo.
Ya no estabas en mis ojos.
Me vi solo, me vi quieto.
Viejo.
La frente surcada
por el aire seco del desierto.
Un poco menos vivo.
Un poco más muerto.

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11.9.95

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Para que no estés tan triste
le diré a la primavera
que te busque entre los días
de invierno.

Para que no estés tan triste
seré un pétalo azulado
que lleve un viento suave
a posarse en tu pelo.

Para que no estés tan triste
te contaré un cuento
y con la noche en tus brazos
mecerás los cielos.

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Cesará mi canto
cuando tú te mueras
y a tu lado, inerte,
esperaré mi hora.

Cesará mi canto,
su rima sonora,
y la misma muerte
que rasgue tus velas
hundirá mi barco.

Y se apagará mi canto.
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Era en tus brazos, el mar
hondo valle de esmeraldas
que el cielo claro en verano
como un labrador sembraba.

En sus olas te vestías
con la luz que yo bordaba
y te cubrían otros velos
tejidos en agua blanca.

Y en la cintura
adornaba
tu piel el color
de la arena mojada.

4.3.94

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Nuestro amor ya va siendo
el amor de una vida,
nos habla en silencio,
nos escucha y canta.
He sentido a veces
cómo nos protege
de los cristales helados del alma.
Me siento a mirarte, te miro
y lo siento mirarme,
dedico un instante a esperar
que se vaya posando,
para llevarlo en mi piel,
impregnarme,
y oler siempre a ti en todas partes.

3.2.99

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El huerto

Detrás de tu mirada triste
estoy plantando un huerto
de tomates y pimientos
para alimentar la propia tierra
de la que crezcan.
Detrás de tu mirada triste
hay un campo tan fértil
como para alimentar a un pueblo.
Ya verás, cuando esté todo repleto
de brotes de risa y besos.
Y sabrás por qué uso tanto
la palabra fresco.


30.12.00

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viernes, 2 de noviembre de 2007

Anal-fabetismo 2

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La pluralidad del euro, clinexs y culos articulados.

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Se construye tanto que parece que las casas fornican para hacer casitas.

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Debería prohibirse el uso de la coma a las porteras, es una cuestión oftalmológica.

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